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El presidente Donald Trump visitó el lunes la Iglesia Episcopal St. John de Washington, DC, cerca de la Casa Blanca, luego de que se incendiara durante las protestas nocturnas por la muerte de George Floyd.
Trump se paró frente a la iglesia, levantó una Biblia negra y dijo: "Tenemos un gran país. El país más grande del mundo".
La visita del presidente se produjo después de que dijo durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca que "presentaría mis respetos a un lugar muy muy especial".
Associated Press informó que las fuerzas del orden limpiaron el área de manifestantes pacíficos con gases lacrimógenos alrededor de las 6:30 pm antes de la visita del presidente.
La decisión de Trump de visitar la iglesia dañada de 200 años ubicada a pasos de la Casa Blanca generó reacciones encontradas, y los críticos la llamaron una sesión de fotos.
El obispo Mariann Edgar Budde, quien supervisa la Iglesia Episcopal de San Juan en Washington DC, dijo que estaba "indignado".
"El presidente no rezó cuando llegó a San Juan, ni ... reconoció la agonía de nuestro país en este momento, y en particular, las personas de color en nuestra nación que se preguntan si alguien en el poder público alguna vez reconocerá su sagrado trabajo, y quienes con razón exigen el fin de 400 años de racismo sistémico y supremacía blanca en nuestro país ", dijo Budde a CNN.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, emitieron una declaración conjunta acusando a Trump de "lanzar gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos sin provocación" para "posar para fotos fuera de una iglesia".
El senador Marco Rubio (R-FL) defendió la decisión del presidente de visitar la iglesia la noche del lunes y llamó a los manifestantes "agitadores profesionales".
"Sabían que la calle debía ser despejada antes del toque de queda de las 7 pm. Pero deliberadamente se quedaron para activar la acción policial [y] para obtener la historia que querían, que 'la policía atacó a los manifestantes pacíficos'", tuiteó.
El evangelista Franklin Graham aplaudió a Trump.
"Gracias, presidente Trump. Dios y su Palabra son la única esperanza para nuestra nación", dijo en Facebook.
Las protestas se han extendido por todo el país desde que un video de un oficial de policía blanco arrodillado en el cuello de un Floyd esposado se volvió viral.
Derek Chauvin, el oficial de policía de Minneapolis en el video, estuvo en el cuello de Floyd durante casi nueve minutos cuando repetidamente dijo "No puedo respirar".
Floyd fue declarado muerto poco después de ser llevado a un hospital.
Trump calificó el video de "horrible" y Chauvin fue acusado de asesinato.
Una autopsia independiente determinó que la muerte de Floyd era un homicidio. La causa de la muerte se definió como "un paro cardiopulmonar que complica la sumisión, la sujeción y la compresión del cuello por parte de la policía".
La oficina del médico forense también encontró evidencia de enfermedad cardíaca, intoxicación por fentanilo y abuso de metanfetamina, pero el examinador no los citó como contribuyentes a la muerte de Floyd.
